Soy Candelaria, Nací en febrero, con el cuerpo azul
y los ojos inquietos. Me dedico, entre otras cosas, a cazar poemas. Suelen
cruzar a nado cuando menos lo espero, silban bajito antes de que llegue el
sueño, o se me suben por la espalda con gesto desesperado. Habito entre la
gente, mas soy de otra galaxia. Una en la que lo imaginario supera siempre a la
realidad. Empecé a escribir poemas a los seis años, en oraciones para la
escuela y ya no pude parar. Escribo sentada, acostada, caminando y andando en
bici.
Suelo mirar en el atrás de las cosas y de los seres, porque
casi siempre ahí, encuentro algún poema agazapado que me guiña el ojo.
En este libro junté muchas imágenes transcurridas en muchos
años de andar y andar.
Creo que escribir es un acto de magia y que la palabra tiene
poder.
Vivo adentro de un poema azul que tiene ojos de perro y
nariz de payaso.
Hablo
y mientras hablo
se pronuncia el misterio,
la sagrada determinación
con la que el todo
se apropia de los nombres que no diremos,
y los separa de nosotros en la eternidad.
Cada cosa
incluso el mar
tiene una orilla vencida
un límite a punto de volarse
una pregunta temblando
junto a una respuesta que nunca llegará.
A pesar de las vacilaciones
inherentes al pensar,
(misterio, cruce, ojo del enigma)
insisto con darte un nombre,
entendiendo por amor
todo lo destinado
a crecer hacia los otros.